1 mar 2011

UN POCO DE USHUAIA

Puero de Ushuaia
Estos primeros dos días en el Fin del Mundo han sido bien variados. Con caminatas por el puerto y el centro conocimos un poco de la vida fueguina. Muchas casas alpinas, un puerto que recibe gigantescos cruceros cada semana y muchos cordobeces... según nos decía uno que trabajaba en un bar Irlandés, donde fuimos a canjear unos vales de cerveza que nos regalaron en el puerto, en Ushuaia esta la plaga de las tres "C"; conejos, castores y cordobeces.

Pabellón 1 del Presidio
También visitamos el Museo del Presidiario (en realidad solo entre yo), donde para mi sorpresa me encontré con cosas muy buenas, e historias muy impactantes sobre algunos de los presos mas famosos que pasaron por esas celdas. El Petiso Orejudo, un enfermo mental que mataba niños y fue descubierto luego de rematar a un nene de 3 años con un clavo en la cabeza; Mateo Banks, quien intento envenenar a su familia para cobrar una herencia, pero termino matándolos a los ocho con una escopeta, ya que la dosis del veneno no era la suficiente; y hasta un ruso de nombre Simón Radowitzky, un anarquista del partido obrero que tiro una bomba al auto donde viajaba Ramón Falcón (jefe de la Policía Federal), matándolo tanto a el como a uno de sus acompañantes.

Vale y sus Florcitas
También me impactaron unas cartas de soldados de Malvinas que enviaron a sus familias desde el frente de batalla, y el Pabellón 1 o histórico, donde todo se encuentra totalmente original desde el 1947 cuando la cárcel fue clausurada. También hay algunos pabellones utilizados como galería de arte y Museo Naval.

El segundo día amaneció con lluvia, pero cerca del mediodía salio el sol y decidimos caminar hacia el Glaciar Martial. Comenzamos la caminata desde el camping mismo, subiendo por la pista de ski (bastante empinada por cierto), y luego atravesando un gran bosque con muchos arboles petrificados. Luego de unas dos horas llegamos a la ruta y desde allí subimos hasta el punto de partida del aerosilla que sube al glaciar. Pero esta mas que claro que no lo haríamos por este medio, así que caminando al un lado del riel de las sillas subimos por unas dos horas mas hasta la base del glaciar. El Martial es un glaciar de montaña no demasiado grande pero bastante impactante por estar como colgado de manera muy vertical en la ladera mas alta del macizo.

Camino al Martial
Al bajar ya las piernas no podían mas, llegamos al refugio desde donde salen las aerosillas y comenzamos a bajar la ruta haciendo dedo a ver si alguien se apiadaba de nosotros y nos bajaba a la ciudad. Luego de varias pasadas sin mucho éxito, vemos que un auto enciende las balizas... eran unas chicas que habíamos cruzado en el ascenso, que dicho sea de paso, eran cordobesas. Con cuarteto en el estero nos bajaron no solo a la ciudad sino que nos llevaron hasta el camping mismo.

Al Fin Llegamos
Ya nos sentíamos un poco mas viajeros, caminando durante seis horas, haciendo dedo por la ruta e incluso a la noche cocinando una sopa de arvejas con la olla sobre el fuego dejándola a la pobre mas negra que Samuel Eto. Nos quedan solo algunos días aquí y ya partimos hacia Calafate... es hora de sacar los pasajes...







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