Mujeres en el Camino |
Cuando planeamos el viaje sabíamos muchas cosas de Sudamérica, Rusia y Estados Unidos, pero nuestros datos de Asia; más específicamente del Sudeste Asiático, eran mínimos y se reducían a algunas rutas a seguir, ciertos puntos imprescindibles, y los datos de visados que necesitaríamos o no en cada uno de los países en cuestión. Es por eso que cada vez que nos encontrábamos con alguien que ya había viajado por la zona, los llenábamos de preguntas para de a poco armarnos de una idea más precisa sobre nuestro posible itinerario. En lo que respecta a Vietnam, todos, y absolutamente todos a los que les preguntamos nos dijeron “no se pierdan el norte”. Pero de qué manera podíamos abarcar una gran zona viajando en buses? Que escalas haríamos? Es difícil a veces conocer algo diferente si no salimos un poco de estos saltos de ciudad en ciudad que representa el transporte público. Pero una pareja de catalanes nos soluciono la incógnita: “alquilen una moto”.
Fumando Tabaco |
Así fue que con los cascos ajustados, alforjas cargadas, un buen mapa y piloto para lluvia bajo el asiento, pusimos en marcha la Honda 125 y esquivando vietnamitas comenzamos nuestro periplo norteño; con los ojos bien abiertos y cargados de expectativas. Nos tomo más de dos horas salir de la ciudad; si se puede decir que salimos, ya que las casas a los costados de la ruta son una constante que rara vez desaparece. Motos, camiones, bicicletas, gente caminando por las banquinas; las rutas de Vietnam son calles donde se desarrolla la vida hasta más lento que en las ciudades, a una velocidad más de pueblo: pausada y parsimoniosa. Dos veces nos cruzamos con accidentes con motos, aunque los conductores se paraban sin siquiera mancharse la camisa y volvían al ruedo sin discusiones de por medio. Pasado Hoa Binh, nos detuvimos a almorzar en un restaurante donde algunos locales tomaban sopa. Señalando sus platos ordenamos lo mismo, mientras de a poco intentábamos intercambiar algunas palabras con los otros comensales. Risas de por medio les pedimos una foto, a lo que aceptaron con mucho entusiasmo y nos pidieron que nos sentásemos a tomar el té y fumar algo de tabaco con las grandes pipas de bambú que usan en Vietnam. Era el primero de nuestros almuerzos en la ruta, el primero de tantos almuerzos inolvidables que iríamos a tener durante nuestro trayecto. Almuerzos con charlas sin sentido. Pero qué sentido tiene que tener una charla si alegra corazones? Ya bastante sentido le buscamos a la vida todo el tiempo; porque no tomarla a la absurda cada tanto?
Cosecha de Arroz en Mai Chau |
Luego de 6 horas (bastante para el primer día), llegamos finalmente a Mai Chau, pequeño poblado donde nos habíamos propuesto pasar la primer noche. El pueblo vive básicamente del arroz y de las telas que venden sus mujeres a los turistas que se acercan por la villa. Mai Chau es hermoso por donde se lo mire. Casas de madera y bambú sobre altos pilotes forman las escasas edificaciones alrededor de gigantescos campos de arroz que descansan a los pies de algunos cerros. Grupos de mujeres cosechan el “oro blanco” en manojos que atan con pequeñas ramitas de la misma planta. Luego los hombres recogen estos manojos y juntándolos en grupos más grandes los transportan en sus hombros o en motos hasta sus casas en el pueblo. Con diferentes técnicas separan los granos de arroz de las espigas; algunos caminando sobre ellas, otros con rodillos manuales y los menos con maquinas a diesel, para luego ponerlos a secar a los lados del camino.
Mujeres Trabajando |
El norte de Vietnam es característico por albergar la mayoría de las 54 diferentes etnias que habitan en el país y fue a partir del segundo día cuando comenzamos a distinguir muchas de ellas por los pueblos a los costados de la ruta. Las miradas curiosas desde los arrozales de mujeres de la etnia Red Dzao, un grupo de niños de la etnia White Hmong montando búfalos por el medio del camino, saludos de mujeres de la etnia Black mientras sacaban cangrejos de uno de los tantos ríos turbios que serpentea el sur de la provincia de Son La; mas y mas pobladores de grupos aborígenes que fueron capaces de resguardar sus culturas por miles y miles de años. Vestidas con sus tradicionales trajes negros con decoración en varios colores en las mangas y un pañuelo verde en las cabezas, caminaban algunas niñas de la etnia Green Hmong bajo la sombra de extensos viñedos que tapizaban las laderas de los cerros, mientras mujeres de la etnia Muong, distinguidas por sus largas polleras negras ajustadas, camisas blancas o celestes y pañuelos blancos en las cabezas sobre sus rodetes, trabajaban con sus abejas y plantaciones de té. Un bombardeo constante de ropajes de colores, peinados extravagantes y miradas que dejaban escapar cierta ternura y timidez, nos abofeteo durante las 8 horas que estuvimos sobre la moto.
Cosecha de Arroz |
El tercer día nuestro trayecto sería el más corto del periplo y luego de algunas 4 horas, recorrimos los 136km que separan Thuan Chau de Dien Bien Phu, ciudad heroica en Vietnam, ya que fue allí donde en 1954, el en ese momento Vietnam del Norte, ganó finalmente la batalla más importante contra los colonos franceses, expulsándolos definitivamente de su territorio. Es quizás en este tramo donde vimos más fuerte y constante el trabajo en la ruta misma, y cuando digo en la ruta misma no me refiero a trabajos de pavimentación ni mucho menos, sino a trabajos cotidianos del campo que los pobladores desarrollan directamente en las banquinas; más específicamente, el secado de granos y otros alimentos. Sobre grandes lonas secan arroz, maíz, hongos y algunas raíces y frutas que usan para las comidas, mientras grupos de chicos vuelven en bicicleta de la escuela. Es importante destacar que durante todo nuestro viaje no vimos un solo chico trabajando, sino que siempre aparecían cerca del mediodía, con camisas blancas y pantalones o polleras azules, volviendo a casa con sus libros en los canastos de las bicis.
180 Grados |
De a poco nos acercábamos a Sapa, nuestro punto final antes de la vuelta a Hanoi, y la ruta cada vez más montañosa, no le daba respiro a la pobre Honda. El subir y bajar montañas hace que desaparezcan un poco las riquísimas etnias que coloreaban los campos en días anteriores, pero a su vez los paisajes se magnificaron al 100%. Era como si por momentos los ropajes de la gente y nuestra curiosidad por sus actividades, le dejaban espacio a los ríos y montañas para que estos puedan ser apreciados sin distracción alguna. Una pared de helechos gigantes cubre por completo la ladera de un cerro a nuestra derecha, mientras a nuestra izquierda y bajo un precipicio bastante profundo, un rio turbio color café con leche, se mueve pacíficamente y en absoluto silencio. Algunos barcos con rodillos gigantes, levantan los sedimentos del fondo lacustre en busca de oro u otros minerales. Los paisajes se sucedían uno tras otro y solo al bajar a los valles volvíamos a cruzar miradas con etnias que nos saludaban con sonrisas al grito de “hello”. Fueron dos días con los paisajes más sorprendentes por las provincias de Lai Chau y Lao Cai, transitando rutas de ripio bastante malas y moviéndonos entre las tinieblas que abrazaban montañas de piedra cargadas de vegetación. Tinieblas que al mediodía del 5to día nos depositaron finalmente en Sapa.
Transportando la Cosecha |
Debido a la abusiva explotación turística Sapa es sin dudas la ciudad más cuidada y más bonita en el norte. A su vez, es donde las etnias perdieron un poco su esencia, comenzando incluso a hablar algo de inglés y dedicándose más al turismo que al campo en sí mismo. El acoso es permanente y sin fin sobre turistas que se acercan para preguntar un precio o simplemente para ver algo de lo que venden. Son las mujeres mismas de alguna de las cuatro principales etnias que habitan la zona (Miao, Dao Do, Tay y Giay), quienes se encargan de caminar junto a grupos de viajeros que quieren introducirse más en las increíbles e incontables terrazas de cultivo que rodean Sapa por los cuatros puntos cardinales. Son estas terrazas las que hacen de Sapa un lugar diferente.
Terrazas en Sapa |
Rodeada de las montañas más altas de Vietnam, Sapa en sí, es un lugar complicado para la práctica de la agricultura debido a que no existe valle alguno y la única solución es recurrir a las terrazas de cultivo, las cuales también hicieron famosos a los Incas en el glorioso Perú. La única diferencia entre estas etnias y el antiguo imperio sudamericano, es que en Sapa, esto se sigue practicando en la actualidad y la cantidad de terrazas es algo imposible de calcular. No existe ladera que no represente estas gigantescas escalinatas cargadas de arrozales. Por otra parte, la dificultad de realizar esto con el arroz, es que este necesita ser inundado al momento de la siembra; como formando enormes piletones. De esta manera las terrazas no son solo simples escalones, sino a su vez representan una obra de ingeniería, donde de arriba hacia abajo se van llenando dichas piletas de cada nivel, rebalsando uno al otro hasta llenar de agua incluso la zona más baja de la montaña. Son diques colgantes que luego serán utilizados para el sembrado y cosecha de mucho del arroz que se consume en el país.
Etnia Miao frente a las terrazas de Sapa |
Contra la lógica de un viaje al norte de Vietnam, y luego de pasar el día completo en Sapa, seguimos viaje para pasar la noche en Lao Cai, ciudad frontera con China. Durante los 34km que separan ambas ciudades el camino bordea un rio correntoso colgando de la ladera sur de las montañas y bajo la sombra de grandes y oscuros pinos. Al otro lado del cañadón es posible ver terrazas plagadas de arroz ininterrumpidamente durante todo el trayecto, sabiendo que de nuestro lado, posiblemente la ruta sea un nivel más de las infinitas escalinatas verdes. Finalmente llegamos a Lao Cai, y nos dispusimos a descansar temprano, ya que al día siguiente nos esperaba la larga vuelta de casi 340km hasta Hanoi.
Abuela de Sapa |
Esta ruta, representa una de las principales vías de comercio con China, por lo que el pavimento se encuentra en mejores condiciones y sin tantas montañas, de manera que nos fue posible transitarlo con mucha mayor velocidad. Pero también fue en estos últimos kilómetros cargados de mucho mas transito, donde vimos las maniobras más extrañas y las atrocidades más grandes en cuanto a transito se refiere. Camiones yendo marcha atrás, un derrumbe que ocupaba tres cuartos de la ruta, retomes sin ningún tipo de aviso previo y vehículos estacionados directamente sobre el pavimento, mientras sus choferes almorzaban en algún restaurante al lado del camino. A eso hay que sumarle que nunca van por su carril, sino que siempre transitan ya sea por el medio o directamente de contramano. Ya ingresando en la ciudad y mientras recorríamos una autopista, una vaca caminaba libremente como si fuese parte del tránsito, mientras un grupo de motos y un colectivo lo hacían de contramano.
Bufalo |
Finalmente, luego de seis días y 1264km recorridos, volvimos al punto de partida, completamente satisfechos y agradecidos por el clima que nos acompaño durante todo el trayecto, dejando caer alguna llovizna solo durante algunos minutos luego de la salida de Lao Cai. Sin dudas conocimos mucho mas de Vietnam de lo que se puede conocer sobre buses y trenes, quedando claro que de aquí en más alquilaríamos una moto siempre que nos fuese posible. Coloridos días que no olvidaremos jamás, dejando grabado en nuestro ser los saludos de los niños en bicicletas, las verdes terrazas de arrozales, los increíbles y graciosísimos almuerzos, los revolcones de los enormes búfalos en el barro y las incontables sonrisas que nos regalaba cada persona con la cual nos cruzábamos. Días donde conocimos el verdadero Vietnam, y la vida del campo de este golpeado país donde su gente es el ejemplo de la esperanza y la ilusión.
UAJJJJJJJJJJJJJ EMI..........te espero tengo un gatito que se metio en el galpon.....que te parece si lo asamos.......Elsa
ResponderBorrarMuy bueno Emi tanto los detalles de los lugares recorridos como también de las etnias,como también los fotos envídia del national geografic jajajaj...seguí disfrutando el viaje y haciendonos conocer lugares que quizás nosotros jamás podamos conocer...unn abrazo Emi
ResponderBorrar,saludos a Vale ,te quiere tu padrino..