GYPSY, JUAN, MARIE...

Juan, Emi, Marie, Vale y Gypsy

Durante el día de descanso entre las caminatas en la montaña, en el camping El Relincho, conocimos a una pareja de Franceses que viajaban por la Argentina a bordo de Gypsy, un 3CV bastante maltrecho pero con mucho amor. Una tarde de charlas, y risas nos llevo a una cena con papas, cebollas y algunas otras verduras a las brasas, acompañadas de unos gloriosos choripanes bien argentos. Al día siguiente partíamos hacia el Paso del Viento, y Gypsy debía recibir (como diría el Indio Solari) “…un poco de amor Francés…” en su caja de dirección, por lo que a nuestra vuelta, nuestros amigos aun seguían en el taller de Mario (el Sr. “todo lo repara”). Este personaje porteño que vivía hace mas de 3 años en El Chalten, estaba emprendiendo un nuevo negocio; la creación de unos domos de lona con estructura metálica para campamentos de montaña y demás acontecimientos. Con gran amabilidad ofreció un lugar en uno de los domos a Juan y Marie, y luego de nuestro retorno, ese también seria nuestro hogar por los próximos 3 días.

Todos en el Domo

Estos dos locos Franceses que nos hacían recordar mucho a la pareja de Dinamarqueses, si mal no recuerdo, que aparecían en el Cañón del Colorado en la película Into The Wild, fueron la compañía perfecta durante esos días en El Chalten. Gente que derrocha bondad y compañerismo, amabilidad y aventura, gente incondicional.

Soldando el Capot del 3CV

Durante esos días compartimos todo. Desayunos, comidas, charlas, la mecánica de Gypsy, juegos, fotos, videos, y claro está, el domo. Con Juancito recorrimos todo el pueblo buscando alguien para que nos suelde el capot del 3CV pero nadie se animaba con la eléctrica y autógena no había sino en Rio Gallegos o Bariloche. Gracias a las clases de Sandro me anime a soldarlo con una técnica un poco extraña y con gafas de sol femeninas, pero que entregaron un resultado que ni siquiera yo pensé que sería posible. Alineamos con piolines, purgamos frenos, y como decía Juan, Gypsy estaba pronta para la ruta.

Gypsy en Ruta

Luego de tres días nos despedimos una mañana y partimos a hacer dedo al puente de salida del pueblo. Más de dos horas y media y solo 3 autos salían del pueblo y claro está sin nada de suerte para nosotros. Nuestra espera parecía que iba a ser más larga de lo esperado, cuando de repente oímos un sonido conocido… era Gypsy con las mochilas de Juan y Marie en el techo que venía en nuestra búsqueda. Ellos iban para Bariloche, pero decidimos ir con ellos hasta el cruce de la Ruta 40 y ahí ver si teníamos más suerte con nuestro transporte a El Calafate.

Cambiandole una goma a Gypsy

Luego de unos 30km... Bum! Una goma voló, pero claro, Juan tenía dos auxilios, así que en menos de 20 minutos seguimos viaje. Pero al paso de otros 10km de ruta, al cabo de una larga subida, Gypsy se empezó a quejar venteando un poco de aceite y debimos parar en la banquina. Las caras de Juan y Marie lo decían todo. Apenas un mes atrás en Rio Gallegos habían cambiado los dos pistones del 3CV y ahora el diagnostico parecía similar. Nosotros muy apenados no sabíamos cómo ayudar, como intentar que nuestros amigos no se sintiesen mal, pero era un poco inevitable. Luego de unos minutos se detiene un auto con una pareja de Australianos. No queríamos dejarlos ahí solos, pero Juan estaba decidido a dar la vuelta y volver con Gypsy así hasta El Chalten y allí decidir qué hacer para continuar el viaje.

Solo, Torre, Saint Exupery, Poicenot, Fitz Roy, Mermoz, Guillaumet

Un poco a los empujones nos hicieron subir al auto de los Australianos y con mucha tristeza nos despedimos de estos dos grandísimos personajes con más grandes corazones, esperando que la rotura no sea la que insinuábamos y que pudieran continuar viaje lo antes posible. Esperamos verlos en Bariloche y si no es así, de seguro nuestras almas se encontrarán en algún otro lugar del planeta para continuar divagando historias de ruta y de vida.

Saludos Juan, Marie, Gypsy.

Los vamos a extrañar!!!