CALAFATE - NATALES via RIO TURBIO

Costanera de Puerto Natales

Nuestra entrada a Chile nos trajo consigo una alegría bastante particular y entendible. Luego de dos trayectos a dedo (el primero desde Calafate a Esperanza con un tipo en su Cherokee que iba a un promedio de 200 km/h, y luego desde Esperanza a Rio Turbio con un jefe sindicalista en su Volkswagen Amarok), esperábamos encontrar un camping o al menos algún hostal para al dia siguiente probar suerte para llegar a Puerto Natales, pero nada de eso ocurrió. En una pequeña oficina de turismo (donde no se que ofrecen porque en Rio Turbio no hay nada), una chica nos dijo que solo había dos hoteles y bastante caros para nuestro presupuesto y que el camping más cercano estaba a unos 25km. Preguntamos si no había nada más cerca y nos dijo que podíamos acampar en el Bosque de Duendes, que era seguro y que no habría problemas.

Costanera de Puerto Natales

Salimos caminando hacia el bosque que quedaba a unos 3km del centro de la ciudad, siempre pensando que no iba a ser nada demasiado lindo, ni del todo seguro. Cuando llegamos, el bosque no era feo, pero como siempre pasa en Argentina, con basura y bastante descuidado. Buscamos un lugar lo mas oculto posible y armamos la carpa para pasar esa noche. Así luego de cocinar vimos unas luces que se acercaban, eran autos que entraban al parque, por lo que comimos con las linternas apagadas y a tientas nos dormimos sin siquiera sacarnos la ropa.

Casas Antiguas

A la mañana siguiente despertamos, desayunamos algo rápido y salimos hacia el centro de Rio Turbio, para encontrar alguien que nos lleve a Chile. Paramos en una estación de servicio y luego de algunos intentos, encontramos un chico chileno que se ofreció a llevarnos directo a Natales. Sucede que muchos chilenos cruzan al lado argentino en busca de nafta, ya que en Chile sale el doble y las ciudades están separadas solo por 30km. Así, en poco más de 30 minutos, con un paso fronterizo intermedio, llegamos al fin a Puerto Natales.

Iglesia de Puerto Natales

Puerto Natales era completamente diferente. Una ciudad muy pequeña, con puerto sobre el Pacifico y bastante turismo por el hecho de ser la puerta de entrada al Parque Nacional Torres del Paine. Recorrimos sus calles, con casas de madera de colores y techos de chapa, su costanera sencilla pero prolija y acogedora, y nos hospedamos en un camping con hostal, por lo que teníamos una cocina enorme para usar y también internet incluido.

Antiguo Muelle

Pasamos unos días de tranquilidad donde solo salíamos a caminar por la ciudad por las tardes y nos dedicábamos a cocinar y comer barato, pero rico, jeje!! Así luego de un descanso que necesitábamos, nos encaminamos al Parque Nacional Torres del Paine, donde nos esperaban unos 7 días de caminata andina y frio chileno.