5 abr 2011

PARQUE NACIONAL TORRES DEL PAINE


Puente el Primer Dia
Si vinimos a Chile fue principalmente por dos cosas; una viajar desde Natales a Puerto Montt en barco recorriendo los Fiordos Chilenos y la otra, visitar el Parque Nacional Torres del Paine, donde yo ya había estado en una oportunidad solo por un día y me había prometido volver para conocer el parque por completo. Así fue que nos levantamos bien temprano en la mañana y luego de desarmar a Azul bajo la lluvia y tomar un desayuno rápido, partimos en bus directo para las torres.



Rio Ascencio
Luego de aproximadamente unas 3 horas de viaje, con un cambio de goma intermedio incluido, llegamos a la entrada del parque, para luego de pagar unos jugosos 15.000 pesos chilenos (unos USD 33,00), comenzar la caminata hacia lo que sería nuestro primer campamento; el Campamento Torres. Caminamos nuestras primeras 5 horas donde el camino atravesaba oscuros bosques de lenga (como todos en la Patagonia), y por una de las laderas del cañadón del rio Ascensio, ascendíamos con el estruendoso sonido del agua, atravesándolo en varias ocasiones por sobre puentes colgantes de madera y soga. Acampamos, y el cielo parecía limpiarse por completo, por lo que rápidamente comenzamos a subir hacia la base de las Torres donde luego de 1 hora más de dura caminata llegamos al fin a la pequeña laguna que hace de base a los dichosos macizos de piedra volcánica.

Las Torres del Paine
Las tres Torres se erigían con una verticalidad casi perfecta y su color amarillento parecía tornarse aun más vibrante con el brillo del sol. En medio de un clima casi lunar estos gigantes otorgaban silencio y paz. Estos lugares (lo mismo ocurría en las bases del Fitz Roy y cerro Torre), dejan a uno sin palabras, sin ganas de hablar ni de emitir sonido alguno. Es increíble cómo a pesar de haber gente cerca, todo el mundo calla como si estuviese dentro de una iglesia en medio de una misa parroquial. Solo se oye el sonido de sus pasos y saltos por entre las piedras y las respiraciones agitadas luego del ascenso. A la derecha de las Torres se encuentra el cerro Nido de Cóndores, donde se evidencia que en algún momento esto fue plano, ya que su cumbre es de un color negro, muy diferente al de las Torres, lo que nos hace pensar que el empuje de las placas desde el centro terrenal, elevo esa capa de piedra negra hacia la cima de estas montañas. A pesar del viento que se intensificaba, nos quedamos un largo rato en el lugar, para luego bajar al campamento y disponernos a cocinar algo y descansar para el día siguiente.

La Maniana Nevada
Una vez más intente ir a ver el amanecer, esta vez mas enérgico, me levante, puse las zapatillas, tome la cámara de fotos y salí del bosque. Aun de noche y con linterna encendida me di cuenta que llovía y mucho. El cielo estaba completamente cubierto y era muy en vano subir para no poder observar nada y encima volver completamente mojado, por lo que regrese a la carpa y decidí seguir durmiendo un rato más. Cerca de las 11 de la mañana ya estábamos listos para comenzar a recorrer las siguientes 7 horas y media hasta el Campamento Cuernos. Nos colgamos las mochilas y al salir del bosque nos encontramos con que estaba nevando bastante fuerte y todo estaba completamente blanco. Parecía mentira ya que cuando yo había salido a las 6 de la mañana nada de esto estaba igual. Entre grandes copos que caían por sobre nuestras cabezas caminamos los primeros 30 minutos y luego una pequeña llovizna helada nos acompaño durante unos 40 minutos más.

Cascada Nevada
El tiempo estaba horrendo, pero al menos había parado de llover, aunque en tan solo un rato volvió a comenzar y con más intensidad para seguir de esta manera hasta las 7 de la tarde cuando arribamos a Cuernos. Algo nos habían contado de que en algunos campamentos cobraban, pero la verdad nunca terminamos de creerlo que luego de pagar una entrada bastante cara, también tengamos que pagar para un sitio donde armar la carpa. Pero todo era cierto. 5.000 pesos chilenos por persona para solo poner una carpa en un lugar que ni siquiera está dentro de un bosque para repararnos del mal clima. Estábamos indignados, en Puerto Natales pagábamos 3.000 por persona y con muchas comodidades. Resulta que hay varios campamentos concesionados donde hay que pagar, pero nosotros no pensábamos hacerlo. Nos volvimos a colgar las mochilas y sin importarnos que ya fuera tarde, salimos hacia el Italiano, donde al ser de CONAF si era gratuito al igual que el Torres. La lluvia volvía intermitentemente, caía el sol y ya casi no veíamos el camino. En una parte salimos a una playa del Lago Nordenskjold y por error equivocamos el sendero, y la cantidad de lenga y arbustos mojados terminaron por mojarme por completo pantalones, zapatillas y campera.

Arbol Retorcido
Encendimos una de las linternas ya que era imposible continuar de esta manera, pisando grandes charcos de barro y dudando a cada paso. Así, completamente mojados, con mucho frio y cansancio, luego de 10 horas arribamos al Campamento Italiano, donde al menos encontramos unos amigos franceses, que habíamos conocido el día anterior, que nos recibieron con unas pequeñas botellitas de whisky, más parecido a caña, que nos calentaron un poco y nos dieron los grados de alcohol necesario a esas instancias. Colgamos todo lo mojado sosteniéndolo con piedras bajo el cobertizo y nos dispusimos a dormir.




Rio Helado
Al día siguiente todo seguía igual, el clima horrible, la gente que comenzaba a irse huyendo del parque y nosotros; mojados. Los franceses decidieron volver a Natales ese mismo día, incluso pagando un ferry que los cruce del lago para no perder tiempo, ya que caminando se necesitan al menos dos días para salir hasta la Administración por donde pasan los buses. Lo mismo un grupo de israelitas, quienes decían que todo este sufrimiento les hacia recordar a su servicio militar (recordemos que ellos salen de viaje casi escapando a su milicia luego de tres años de entrenamiento armado), preferían pagar los 11.000 pesos chilenos cada uno para la lancha y perderse la otra mitad del parque con tal de escapar de este lugar. Nosotros decidimos esperar al menos un día mas en el Campamento Italiano a ver si el tiempo mejoraba y podíamos completar el recorrido. Entre las historias de amores, muertes, locuras e incestos de la familia Buen Día (100 Años de Soledad), pasó mi tarde y volvió la noche, donde esta vez sí esperábamos que el tiempo cambie.

Vale Entre la Nieve
Pero la noche no vino sola. Desde ese momento y por todas las noches siguientes tendríamos visitas inesperadas y repugnantes de nuestras nuevas amigas; las ratas. En realidad eran ratones, lauchas, que esperaban a que uno se acostase y comenzara a quedarse dormido para deleitarse con los exquisitos sabores plásticos del piso de Azul. Eran vanos nuestros intentos por defenderla. Los ahuyentábamos con ruido, pero esperaban que se restablezca el silencio y volvían en busca de más comida. Incluso llegamos a dejarles basura al lado de la carpa para que comiesen eso y no nuestra casa, pero nada surgía efecto. Al parecer el plástico es más sabroso incluso que restos de migas de pan o algunas lentejas frías con salsa de tomate.

Ascenso al Valle del Frances
Pero al día siguiente me levantaría decidido a hacer algo para mejorar nuestro hábitat. En el campamento se encontraba la casa del guardaparques, la cual estaba deshabitada ya que a partir del mes de Abril comienzan a quedar sin su custodia. Le pedí a Valeria una hebilla del pelo y emulando al majestuoso Mac Gyver comencé a intentar abrir la puerta. Era una cerradura fácil de abrir, Mac siempre lo hacía, e incluso yo lo había intentado con éxito con candados de igual forma, hasta que vi algo que me pareció aun más fácil; abrir una ventana. Con la ayuda de un clavo oxidado, la abertura sucumbió al primer intento. Corrí la cortina, mire hacia adentro, y todo parecía tranquilo, esperando nuestra entrada. Volví a acomodar la ventana y fui a contarle a Valeria. Decidimos esperar a la noche, y entrar solo para dormir, sin ratas ni frio, y al menos sobre un colchón mucho más caliente que nuestros aislantes.

En la Casa con Quique
Mientras me disponía a escuchar un poco más de las aventuras de los Buen Día (lo tenía en audio libro en el ipod), escuche ruidos cerca de la casa. Me acerque y ahí estaba Enrique, un gurdaparques que se había ofrecido de voluntario para cuidar la casa durante los próximos 4 días. Mi plan había sido frustrado. Comenzamos a hablar y entre charla y charla Quique nos invito a tomar unos mates dentro de la casa. Intercambiamos historias, donde nos explicaba como viajo durante 4 meses por Sudamérica con tan solo USD 200,00 y nos invito a almorzar con él. El joven guardaparques derrochaba bondad y buena onda. Me ofreció traer nuestra ropa y zapatillas para secar dentro de la casa sobre la estufa e incluso nos presto un colchón para la carpa, con el cual dormí más cómodo que nunca en este último mes.

Cerro Espada, Hoja, Mascara y Cuernos
Al día siguiente amaneció mejor. Al menos la lluvia había cesado y nos dispusimos a subir por el Valle del Francés hacia el mirador al final del sendero. El camino sube al lado del rio Del Francés, y nos otorga una magnifica vista del glaciar de igual nombre. Estruendosos desprendimientos seguidos de avalanchas de nieve suceden a nuestra izquierda a cada momento. De a poco nos fuimos internando entre las lengas y la nieve comenzó a aparecer. Por momentos cubría mis piernas hasta las rodillas y era bastante difícil seguir el camino, el cual estaba completamente cubierto de un manto blanco y frio. El paisaje estremecía, las copas de los arboles blancas, con sus troncos nevados del lado del viento, dejando ver su corteza tan solo por el contra frente. Huellas de zorros (o quizás alguna cría de puma) nos condujo hasta el mirador. Desde allí uno está inmerso en medio del cordón del Paine, rodeado por graníticas esculturas macizas. El cerro Espada, Hoja y Mascara junto a los Cuernos por la derecha y el imponente Paine Grande (el más alto del cordón) por la izquierda. Otra vez el silencio y la paz sucumbía entre nosotros.

Nuestra Playa Privada
Volvimos al campamento para despedirnos de Quique y agradecerle por la buena onda, y comenzar a bajar hasta el Campamento Paine Grande, donde también concesionado, exigían una buena suma para armar la carpa. A propósito bajamos tarde, y a unos 300mts del lugar, encontramos un sendero que nos conducía a una playa muy pequeña sobre el Lago Pehoe. Esperamos que comience a oscurecer y acampamos ahí mismo, en nuestro lugar privado y especial.

Glaciar y Lago Grey
La mañana siguiente nos dispusimos a desarmar a Azul y dirigirnos hasta el refugio de Paine Grande, comer algo allí y luego, ya que el clima parecía mejorar, hacer una escapada hasta el mirador del Glaciar Grey para por fin dar por concluido el circuito W (llamado así por la forma de los senderos), y de alguna manera completar el objetivo. Subimos por un cañadón pasando por la Laguna de los Patos y luego de unas 2 horas llegamos al mirador. El viento estaba muy fuerte. Apenas si podía estirar mi mano por sobre unos arbustos para intentar sacar una foto del glaciar, pero al menos un poco de sol sobre uno de los lados, nos permitía una vista mucho mas alentadora y bonita de la zona. Así comenzamos a bajar nuevamente y juntando murtillas para una nueva mermelada (pequeña fruta parecida al calafate), nos sorprendió una vez más la lluvia pero esta vez con un viento tan fuerte, que en tan solo 5 minutos nos termino mojando por completo. Corriendo la última media hora llegamos una vez más al refugio de Paine Grande para al menos comer algo caliente y cambiar nuestras ropas nuevamente mojadas.

Vista desde la Carpa en Nuestra Playa
Decidimos esperar hasta las 19hs máximo a ver si paraba la lluvia y poder caminar hasta el Campamento Las Carretas el cual se encuentra a mitad de camino entre Paine Grande y la Administración, para allí poder pasar la noche y al día siguiente caminar solo unas 2 horas hasta la salida y la vuelta a la civilización. Así fue que de noche una vez más y con un viento que nos sacaba del camino a cada rato, arribamos a Las Carretas donde pudimos comer bajo el cobertizo y pasar la última noche en el parque. Claro está que nuestras amigas se querían despedir, así que volvieron a visitarnos como cada día las ratas, quienes ya habían dejado agujeros en toda la vuelta del piso de la carpa.

Laguna Amarga
Nos levantamos y caminamos los últimos kilómetros por un pasaje desolador de desierto patagónico, donde el pasto bastante amarillo y crecido, solo era interrumpido por el sendero que hacemos al caminar, como el de las hormigas pero magnificado al tamaño humano.


Mirador Torres
Fueron 7 días duros; 6 noches frías y mojadas; 75km de tierra, barro, piedras y nieve; y más de 35 horas de caminata ardua que no solo dejaron dolor en las piernas y ampollas en los pies, sino que aprendimos mucho de lo que el ser humano es capaz de aguantar y superar si se lo propone. La montaña logro sacarnos de allí, pero solo cuando nosotros nos lo propusimos. Aprendimos que el sufrimiento, el dolor y el frio, solo se quita con movimiento, y que estando quietos y esperando a que las cosas mejoren, estas nunca cambian por si solas, ni siquiera el clima. Hasta la ropa mojada se seca más rápido usándola que dejándola colgada en la humedad de un cobertizo.

Lago Pehoe
Por difícil que parezcan las salidas, siempre se sale y se vuelve a lo deseado, solo es cuestión de esperar el momento justo y cargar con todo lo húmedo, frio y doloroso de nuestras vidas para salir a secarlo sobre nuestros hombros y alcanzar esa satisfacción tan grande de superar esos escollos que a veces son tan grandes que nos ciegan por completo.

“…y no dejaste de empujar tal vez, porque quieto se siente el peor…”











5 comentarios:

  1. Excelente este post! y gran verdad... “…y no dejaste de empujar tal vez, porque quieto se siente el peor…”

    Sigo al dia el viajeee q sigan bien! disfruten, espero q el clima por aquellos lados mejore... Abrazos

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  2. Si si Emi aunq no lo creas fui yo Elyta!! Aprendi a comentar de una buena vez jajaja

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  3. Jajajaa!! Es una locura vos comentando...
    La tenes re claraaaaaaaaaaaaaaa, jajaja!!

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  4. Emi...es increible todo lo que estan haciendo!
    Te sigo...te sigo...
    Por que...

    Soy tu fan! ;)

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  5. Nanana.... eso de "soy tu fan" y no poner quien sos no va eh...
    Sospecho quien podes ser pero necesito seguridad, al menos un mail para confirmar a ver si estoy en lo cierto y despues si podes firmar con el TU FAN!
    Jajajaja!!!

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