Carteles de Hong Kong |
Es China? Es un país independiente? Es colonia Británica? La verdad es que incluso luego de leer e intentar tener una mejor noción y saber dentro de que aspecto se enclava Hong Kong, las dudas no se disipan, sino que crecen y nos dejan con más preguntas aun. Colonia Británica hasta 1997 (si… hasta hace muy poco), hoy Hong Kong es una “región administrativa especial” de la Republica Popular de China. Este sistema ideado por Deng Xiaoping, consiste en mantener un sistema económico capitalista (el cual se implementaba durante la época colonial), bajo la soberanía de un país de ideología comunista como lo es China. Además del sistema económico, Hong Kong mantiene un sistema administrativo y judicial independiente e incluso su propio sistema de aduanas y fronteras externas, por lo que los propios habitantes chinos necesitan un visado especial (y hasta hace un tiempo extremadamente complicado) para entrar en territorio hongkonés.
Pasarelas y Autopistas |
Para hacer más económica y más divertida la entrada a Hong Kong, tomamos en Beijing un tren local que nos depositaba en Shenzhen, la frontera misma con la “región administrativa especial”. Largas caminatas por los pasillos de la estación de trenes (más parecida a un aeropuerto), nos llevaron a las ventanillas de migración para salir legalmente de China e ingresar a Hong Kong. Al otro lado, y directamente conectado con migraciones se encuentra el metro, el cual conecta a casi la totalidad del país (lo llamaremos país, aunque no lo sea). Gigantescas estaciones; tramos tanto subterráneos como sobre tierra; trenes súper modernos con televisores y una insonorización que parece imposible; orden y limpieza; y un sistema de combinación única, en donde para cambiar de línea basta con salir de un tren y subirse al que viene del otro lado del andén, hacen del sistema uno de los más modernos del Planeta. En poco más de media hora estábamos en la península de Kowloon y distrito del mismo nombre.
Atardecer en Stanley |
Al salir del metro, desaparece completamente la China de Beijing y aparece una ciudad muchísimo más occidental, con la influencia británica a la vista y un legado que los hongkoneses supieron aprovechar al máximo. Es verdad que se perdió casi por completo la arquitectura cantonesa, pero el orden, el transito, la infinidad de rascacielos y la educación y amabilidad en la gente no es para nada despreciable. Tanto Vale como yo nos miramos y dijimos “esto en New York”; y si, es lo más parecido a la metrópoli americana, no solo en arquitectura moderna repleta de rascacielos y cemento, en las enormes cantidades de señalizaciones para el tránsito y en esa loca sensación de caminar siempre mirando hacia arriba, sino también en su disposición geográfica, constando con un centro insular, como lo es Hong Kong Island (lo que vendría a ser Manhattan), y una zona continental, como son los nuevos territorios y la península de Kowloon (en parentesco con el Bronx, Brooklyn y Queens, aunque los dos últimos son partes de la gran Long Island) e islas como Lantau y Lama, emparentadas con Staten Island.
Lama Island |
Estas primeras impresiones y coincidencias con Nueva York, apenas emergidos del metro, luego cambiarían en algunos aspectos. Hong Kong a pesar de ser una gran ciudad con infinidad de cemento y rascacielos, posee también zonas protegidas y selvas que constan del 75% de la superficie total de la región, lo que significa que sus más de siete millones de habitantes residen en tan solo el 25% restante. Un claro ejemplo de esto es el distrito de Kowloon, que en 1991 alcanzo el record histórico de ser el núcleo urbano con la mayor densidad de población del Planeta con 40.426 hab/km2; osea 1.900.000 habitantes en sus tan solo 47km2 de extensión. Pero en contraposición a estos datos, abundan las zonas inhabitadas y muchísimas islas, a las cuales se llega en tan solo algunos minutos de ferry, donde se puede disfrutar de playa, mucha vegetación y soledad, contrastando 100% con la gran urbe de cemento hongkonesa. Por otra parte, hablando de edificaciones históricas, que en Hong Kong prácticamente no existen, en New York, la mayoría de los edificios datan de principios del S.XX, donde el propio icono del Empire State ya cumplió 80 años de vida. Así y todo, la sensación que da recorrer Hong Kong es muy similar a la de la metrópoli americana.
Pico Victoria, Hong Kong y el Tranvia |
Desde el Pico Victoria, se puede obtener una vista aérea de lo que es la parte habitada de la isla y sus incontables rascacielos que parecen irreales, con sus luces de colores apuntando al cielo. Para ascender allí utilizamos el famoso tranvía, de más de 120 años, que instalasen los británicos para acceder a la parte alta de las montañas, pero para bajar, preferimos hacerlo caminando. En medio de la gran vegetación es imposible divisar luz alguna de la ciudad y los estrechos caminos solo nos llevan en un paseo a través de residencias inglesas coloniales enclavadas entre el verde del cerro donde sus estacionamientos no tienen menos que un Porsche, un Jaguar o un Rolls Royce y el silencio que se practica es prácticamente utópico, interrumpido solo por algunos pájaros o grillos nocturnos. De a poco las luces se van dejando ver entre el follaje de los árboles y en cuestión de no más de una hora estamos nuevamente esquivando autos y edificios, con los pies sobre el cemento caliente y sin ver un árbol a la redonda.
Skyline Hong Kong Island |
Y es que el skyline de Hong Kong se ha convertido en una de las atracciones turísticas de la ciudad; tal es así que el departamento de turismo organiza un espectáculo de sonido y luces denominado Symphony of Lights, en el que participan muchos de los edificios tanto de la isla como de Kowloon, los cuales a partir de las 8pm de cada día, danzan al compas de la música encendiendo y apagando luces y reflectores, algunos cambiando de color y disparando láser verde y otros reproduciendo frases e imágenes en gigantescas pantallas de led. La gente se amontona en la Avenida de las Estrellas para ver como los rascacielos cobran vida por 15 minutos y bailan para nosotros del otro lado del rio.
Pasarelas y Autopistas |
Algo que me pareció completamente de video game, son las autopistas y las pasarelas aéreas para peatones. Como si se tratase de estar dentro del Need For Speed, las autopistas que van a ras de la tierra, por momentos se elevan a alturas de un 3er o 4to piso, y esquivando rascacielos se insertan entre los edificios, algo que parece completamente irreal. En la parte baja son iluminadas y revestidas con diferentes materiales que las hacen una parte más de esta maqueta viviente y futurista de Hong Kong. Pero si los autos tienen sus autopistas, los peatones también. Pasarelas elevadas a más de 10mts nos transportan entre edificios y calles, pasando a veces por shoppings y variando su altitud en más de una ocasión. A veces su inclinación es tal que poseen escaleras mecánicas, tal es el caso de la que sube a la zona de Soho, la cual con sus 800mts de largo y un ascenso de 135mts es la más larga escalera mecánica al aire libre del mundo. Uno puede estar quizás una hora, caminando sin tocar tierra firme, recorriendo la ciudad suspendido en estas pasarelas que a veces me sumergen en la Nueva York futurista del 5to Elemento.
Tranvias de dos pisos |
Gracias a Ting, una singapurense que reside en Hong Kong hace unos años y nos hospedo por unos días en su apartamento de la isla en el piso 62, también pudimos disfrutar y ver de qué se trataba el Dim Sum (traducido “ordenar hasta satisfacer el corazón”), una de las comidas predilectas del sur de China. Dentro del restaurante abundan las grandes mesas redondas, las cuales son compartidas por varios comensales, por lo que no hay que buscar una mesa, sino una silla. Ya ubicados nos dan un pequeño papel con cuadros y nombres en cantones donde serán anotadas las cosas que pidamos para comer. Es que el Dim Sum no es un solo plato. Hongkonesas vestidas de blanco circulan alrededor de las mesas con carros , de los cuales uno va eligiendo que cosas degustar. La variedad de bollos al vapor, como el char siew bao, pequeños bocados de masa, y arrollados de arroz, que contienen diferentes ingredientes, como carne vacuna, pollo, cerdo, camarones y opciones vegetarianas, es muy grande y todos; completamente todos los platos son exquisitos. A esto se lo acompaña siempre con te verde o bolay (te fuerte fermentado), el cual no falta en ninguna mesa y está incluido en el precio, por lo que no hay que pagar por él. Muchísimos ancianos se acercan a estos restaurantes con sus periódicos, y pasan horas y horas tomando té, comiendo y charlando entre ellos, aunque casi siempre no se conozcan más que por compartir la mesa.
Calles de Hong Kong |
Hong Kong da ganas de quedarse a recorrerla aun mas, porque a pesar de lo escaso de su territorio las opciones son infinitas, sin embargo, los elevados precios y el tiempo nos hacían movernos y buscar nuevos rumbos dentro de Asia. Nuestro comienzo con la península de indochina era inminente y Vietnam aparecía cada vez más cerca en nuestro calendario. Así, ya con los visados correspondientes pegados en nuestros pasaportes, dejamos Hong Kong para iniciar lo que denominamos la recta final de la Expedición; el Sudeste Asiático.
Por lo que escribis debe ser una ciudad increible, y es muy loco, hace poco veia en Argentinos por el mundo, gente que estaba alla y describia tal cual todo lo que decis, sigan disfrutando que no les queda mucho ejjeeje
ResponderBorrarIncreibles Fotos Emi, las narraciones son increibles... me encantan!!! mas publica mas...
ResponderBorrarEli